VIDA DE SANTA TERESA
Señalaremos las etapas y los hechos más destacados de su biografía. Teresa nace en Ávila el 28.3.1515. Vive algo más de 67 años. Muere en Alba de Tormes el 4/5.10.1582, al término de su postrer viaje, de Burgos a esa villa. En su currículo se distinguen netamente tres jornadas: 20 años de vida en familia (1515-1535); 27 años de vida carmelita en la Encarnación de Ávila (1535-1562); y otros 20 años de fundadora (1562-1582). Entre los acontecimientos de la primera jornada destacan: las lecturas infantiles y su escapada a «tierra de moros»; el pleito de hidalguía de la familia paterna (los Sánchez Cepeda), entre los 5 y los 7 años de TERESA (1519-1522: ni a ese pleito ni al origen converso de la rama familiar paterna aludirá TERESA jamás); amistades de Teresa entre adolescencia y juventud; muerta su madre (1528), la internan en Santa María de Gracia; ahí la primera enfermedad de TERESA; desde Ávila asiste a la partida de sus primeros hermanos a América, mientras ella queda de ama de hogar; termina venciendo la oposición de su padre con nueva fuga a la Encarnación. – Marco socio-geográfico reducido: familia, ciudad de Ávila y entorno. Segunda etapa: TERESA inicia vida carmelita en la Encarnación a los 20 años; profesa dos años después (1537); se identifica plenamente con el nuevo género de vida (V 4,2); pero le sobreviene una grave enfermedad, que la hace viajar a Becedas (1538) y ponerse en manos de una curandera; de regreso a la casa paterna, está cuatro días en coma profundo (agosto 1539); «más de ocho meses» totalmente tullida; recuperación lenta en la enfermería de la Encarnación, durante «casi tres años» (1539-1542). Con la salud, TERESA reanuda amistades de antaño y afloja en la vida monástica. Se rehace de esa mengua de fervor, y al morir su padre (1543) entabla sus primeras relaciones espirituales con letrados dominicos (V 7,17), jesuitas, carmelitas… , con san Pedro de Alcántara, Francisco de Borja, etc. Lectura de las Confesiones de san Agustín (1554). Escribe las primeras Relaciones (1560). Finaliza esa etapa con un viaje a Toledo y permanencia en el palacio toledano de Dª. Luisa de la Cerda (enero-julio de 1562). – Marco socio-geográfico más dilatado. Ya ha reanudado relaciones epistolares con sus hermanos de América. Ya ha comenzado su vida mística. La etapa tercera (20 años: 1562-1582) es la más intensa y espaciosa. TERESA llega al pleno desarrollo de su personalidad. Al pleno de su experiencia mística. Es el período de la escritora y de la fundadora. Viajera por Castilla, La Mancha y Andalucía: a pie, o a lomo de mula, o en carromato. Funda personalmente San José de Ávila y otros catorce Carmelos. Conquista a fray Juan de la Cruz, para fundar el convento de Duruelo (1568). Regresa de priora a la Encarnación (1571-1574). Se dilata su espacio geográfico y social. TERESA entabla relaciones de amistad o de trabajo con profesores de Salamanca y de Alcalá; con obispos, mercaderes e hidalgos; con el P. General Rubeo y los Comisarios papales; con damas de la corte (la princesa de Éboli) y con jóvenes aprendices de descalzas carmelitas; con arrieros, correos regios e inquisidores. Escribe cartas al rey. Soporta calumnias y procesos urdidos contra ella. Reanuda el trato familiar con sus hermanos regresados de América. Soporta de nuevo la intervención de una curandera que le remedia el brazo dislocado (mayo de 1578). Le duelen las guerras de Francia, la muerte del rey portugués en África, la inminente guerra con Portugal. Es ahora cuando escribe poemas y cartas, y todos sus libros (Vida en 1565, Camino 1566, Fundaciones a lo largo de 1573-1582, Moradas 1577). Mantiene un penoso tira y afloja con el gran inquisidor Quiroga que ha secuestrado su Libro de /a Vida (1575). Mientras fray Luis de León está en la cárcel a causa de su traducción de los Cantares, ella se atreve a escribir su glosa al mismo poema bíblico. TERESA lleva en su breviario una nota autógrafa, pero cifrada, alusiva a su propia muerte. Ya antes ha dado a ésta, a la muerte, una especie de «bienvenida de amor» en el poema que escribe en paralelo con fray Juan de la Cruz, titulado «Vivo sin vivir en mí». En él canta: «muerte do el vivir se alcanza / no te tardes que te espero». Muy entreverada con estas tres etapas, TERESA vive su jornada interior, la vertiente profunda de su vida. Amores, deseos, temores y crisis, gracias, ideales e impulsos que rara vez rebasan la barrera del sigilo personal, Teresa los ha contado y documentado por extenso. Ella tiene la psicología de los convertidos: ha tenido que cambiar el rumbo de la vida, como Pablo o Agustín. Se ha convertido a los 39 de edad. Poco a poco se ha adentrado en la experiencia mística. Primeros fenómenos fuertes a partir de sus cuarenta años. Para TERESA ha sido determinante el encuentro místico, pero personalísimo, con Cristo Señor, hacia los 44 de edad. Lo refiere en los capítulos 27-29 de Vida. Bajo la dirección de san Juan de la Cruz, le acontece otro hecho decisivo que la introduce en la etapa mística final (Relación 35: año 1572): ingreso en las séptimas moradas de su castillo (M 7,2). Cinco años después (1577), TERESA escribe el libro de las Moradas, que le permite una visión retrospectiva de su recorrido por las estancias del propio castillo interior, sinopsis del largo viaje del alma a su propio centro. Y en él, a Dios.
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