50 años de la proclamación de Santa Teresa como doctora de la Iglesia Universal
El 27 de septiembre de 1970, hace 50 años, Santa Teresa de Ávila fue proclamada Doctora de la Iglesia.
El Papa Pablo VI le confirió este título mostrando la riqueza y relevancia de su herencia espiritual. Teresa de Ávila fue la primera mujer de la historia en ser proclamada Doctora de la Iglesia, seguida, una semana después, por el doctorado de Santa Catalina de Siena. Rompía así ese muro de contención hacia la mujer, que se había construido en la Iglesia y que tenía las palabras de San Pablo como base: “Las mujeres cállense en las asambleas, que no les está permitido tomar la palabra” (1 Cor 14, 34).
El Papa en la homilía de aquel día explicaba el motivo que le llevó a dar este paso a la vez que sintetizaba de forma magistral en pocas palabras la grandeza espiritual de Teresa, lo que la hacía merecedora de ese título de Doctora de la Iglesia: “La vemos ante nosotros como una mujer excepcional, como a una religiosa que, envuelta toda ella de humildad, penitencia y sencillez, irradia en torno a sí la llama de su vitalidad humana y de su dinámica espiritualidad; la vemos, además, como reformadora y fundadora de una histórica e insigne Orden religiosa, como escritora genial y fecunda, como maestra de vida espiritual, como contemplativa incomparable e incansable alma activa. ¡Qué grande, única y humana, qué atrayente es esta figura!”
Un antiguo NODO recogió en imágenes blanco y negro aquel acontecimiento:
https://www.youtube.com/watch?v=eND1y320lM8&t=23s
Para conmemorar esta efeméride, en abril de este año se ha celebrado en Ávila un congreso internacional que lleva por título el calificativo que el Papa San Pablo VI aplicó a Teresa: “mujer excepcional”. En él se hizo presente el Papa Francisco primeramente con una carta que escribió al actual obispo de la ciudad de Ávila en la que le decía: “La Santa de Ávila nos sigue hablando hoy a través de sus escritos y su mensaje está abierto a todos, para que al conocerlo y contemplarlo nos dejemos seducir por la belleza de la palabra y por la verdad del contenido, y pueda hacer brotar dentro el deseo de avanzar en el camino hasta la perfección. Tenerla como amiga, compañera y guía en nuestro peregrinaje terrenal confiere seguridad y sosiego en el alma. Su ejemplo no es solo para aquellos hermanos y hermanas nuestros que sientan la llamada a la vida religiosa, sino para todos los que desean progresar en el camino de purificación de toda la mundanidad, y que conduce al desposorio con Dios, a las elevadas moradas del castillo interior”. A través de ella, el Papa Francisco ha animado a los organizadores y participantes en el Congreso a “profundizar en el mensaje de la Santa abulense y difundiendo su enseñanza”.
Y más tarde hizo llegar a todos los participantes del congreso un video mensaje que se puede ver en el siguiente enlace: https://www.youtube.com/watch?v=dkNFpf6wf_g